sábado, 7 de mayo de 2016

Quiquecento: Leonardo da vinci, miguel angel y rafael


La pintura del Cinquecento supone la cumbre del Renacimiento italiano. Se desarrolló, como su nombre indica, en la Italia del siglo XVI, pero no abarca toda la pintura de ese siglo, sino solamente la del primer tercio, ya que el clasicismo y el equilibrio propios de este Alto Renacimiento desaparecen a partir de la década de los veinte. Para el período 1520-1600 se prefiere usar el término de Pintura manierista. Representan la cumbre del renacimiento tres maestros de la escuela florentina que, sin embargo, destacarán por sus trabajos en otras ciudades, especialmente Roma: Leonardo da Vinci, Miguel Ángel Buonarroti y  Rafael Sanzio.







Entre 1500 y 1520 la pintura renacentista alcanzó su período de mayor equilibrio y armonía, de la mano de Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel. La capitalidad del arte se trasladó a Roma, bajo el mecenazgo de Julio II y de León X. Más tarde, Venecia se convirtió en el centro del arte italiano, pues en ella trabajaron pintores tan relevantes como Giorgione, Tiziano y Tintoretto. A partir de 1525 se empezaron a abandonar el equilibrio y lar armonía de tendencia clásica, dando paso al Manierismo.




Leonardo da vinci:

Leonardo da Vinci (1452-1519) fue el primer pintor destacado del Cinquecento. Prototipo de humanista renacentista, se interesó por las matemáticas, la astronomía, la hidrodinámica, la óptica y la anatomía humana, siendo además, tratadista de la pintura. Su trayectoria comenzó en Milán, trabajando para la familia Sófora ciudad en la que creó la Virgen de las Rocas. En ella aplicó el sfumato, técnica inventada por él que consistía en mezclar progresivamente las tonalidades sin una transición perceptible en la que no se definen los contornos. En 1499 realizó la Última Cena en el refectorio de Santa María delle Grazie de Milán, obra en la que combina el orden simétrico y la perspectiva espacial con un rico estudio psicológico de los distintos apóstoles, que muestran toda su expresividad a través de los rostros y del movimiento de las manos. Entre 1503 y 1505, durante su estancia en Florencia, Leonardo pintó el retrato más conocido de la historia del arte: La Gioconda, retrato de ambigua identificación que, según Vasari, se corresponde con la esposa del comerciante florentino Francesco del Giocondo, Mona Lisa. 




Rafael:

Rafael Sanzio (1483-1520), nació en Urbino y se formó en Perugia de la mano del maestro Perugino. Su obra ha sido interpretada generalmente como la cumbre del clasicismo renacentista. Fue un autor que supo asimilar la herencia de los maestros del Quattrocento como Masaccio y Botticelli, a la vez que incorporó las innovaciones aportadas por otros genios coetáneos a él, sobre todo Leonardo y Miguel Ángel. Su estilo se basa en el naturalismo idealizado, basado en la búsqueda del concepto de belleza mediante el equilibrio, la proporción y la armonía. Rafael concibió composiciones de gran solemnidad y ritmo majestuoso, basadas en el equilibrio y en la simetría. Buena parte de sus obras, sobre todo sus Madonnas, transmiten un sentimentalismo delicado inspirado en la dulzura de la pintura de Botticelli. Rafael dotó a sus figuras de volumen, presentando un tratamiento escultórico de las mismas. En su pintura existió un predominio de la línea sobre el color y trabajó la perspectiva lineal además de la aérea, asimilada del arte de Leonardo. De igual modo, incorporó el uso del sfumato del lenguaje del genial artista de Vinci. Algunas de sus obras más emblemáticas fueron Los desposorios de la Virgen (1504), La Madonna del jilguero (1507) y la decoración al fresco de la Stanza della Signatura del Vaticano, entre 1508 y 1512. Mediante composiciones de exquisita monumentalidad clásica, creó la Escuela de Atenas, El Parnaso y la Disputa del Sacramento, que representan al mundo de la filosofía, la poesía y la religión. En la Escuela de Atenas se representa la escuela de filosofía griega en un marco arquitectónica de reminiscencias bramentescas. 








Miguel ángel:

Miguel Ángel Buonarotti también realizó importantes obras como pintor ubicadas principalmente en Roma. Su pintura busca la consecución de una belleza ideal clasicista pero enriquecida mediante valores como la monumentalidad colosal de las figuras, el empleo de fondos neutros sobre los que resaltan unos personajes rebosantes de tensión, expresividad y dramatismo que se retuercen en composiciones abigarradas y que recurren generalmente el escorzo. Su obra más importante es la decoración pictórica de la Capilla Sixtina en Roma, un encargo hecho por Julio II y que se convirtió en su realización más sublime, tras un intenso y frenético trabajo. La capilla es un conjunto colosal en el que se narra la totalidad de la Historia de la Salvación: en la bóveda pasajes del Génesis y del Antiguo Testamento, en los muros escenas de la vida de Cristo (realizadas por maestros del Quattrocento) y en frontal del presbiterio el Juicio Final. En la bóveda el artista dispuso las distintas composiciones enmarcadas por arquitecturas fingidas. En la parte central representó las escenas del Génesis rodeadas de desnudos jóvenes (ignudi), sibilas, profetas y otros personajes bíblicos, todo ello con una clara exaltación de la belleza del cuerpo humano. Miguel Ángel pintó entre 1537 y 1541 el muro del presbiterio con el Juicio Final, concebido como un torbellino de cuerpos entrelazados que se mueven dinámicamente alrededor de la figura autoriatira de Cristo Juez, en un espacio misterioso y oscuro.



Conclusión:


Al Cinquecento se le considera el período culminante del Arte del Renacimiento y uno de los períodos más idealizados y valorados de la Historia del Arte (es decir, se convierte en un nuevo período “clásico” digno de ser imitado). Esto se debe, en gran parte a tres figuras excepcionales: Leonardo, Miguel Angel y Rafael,  que llevan las principales artes  a sus más altas cotas de perfección y creatividad.

En el Cinquecento la admiración por la Antiguedad Clásica es total (uno de los hitos de esta admiración es el descubrimiento de una copia del Laocoonte en Roma en 1506). De hecho, la imitación del Arte Clásico es mayor y más fiel en este período que en el Quattrocento. Así se puede apreciar en la arquitectura de Bramante y de seguidores suyos como Palladio que llevan a cabo una arquitectura de solemne pureza que simboliza la admiración que estos artistas sentían por las ruinas de la arquitectura romana.


La pitura flamenca y Pintores flamencos


Pintura flamenca o escuela flamenca de pintura son los nombres que la historiografía del arte da al conjunto de pintores flamencos, los maestros que se formaron y mantuvieron sus talleres en las ciudades flamencas en los siglos XV, XVI y XVII, lo que cubre los estilos artísticos del Gótico final, el Renacimiento, el Manierismo y el Barroco.
Escuela flamenca» es un nombre genérico, al estilo de las escuelas italianas (escuela florentina, escuela sienesa, etc.) o de la más reciente Escuela de Barbizón francesa.
Flandes es un ambiguo término territorial cuyo uso historiográfico no coincide con la actual Región Flamenca ni con el antiguo Condado de Flandes, sino con la zona septentrional del Estado Borgoñón que a partir de finales del siglo XV puede denominarse Países Bajos de los Habsburgo, y que forma en la actualidad la práctica totalidad de los tres estados de Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos. Era una región europea especialmente urbanizada y desarrollada social y económicamente. Sus ciudades (Amberes, Brujas, Gante, Bruselas, Ámsterdam,Delft, Haarlem, Leiden, etc.) fueron la cuna del comercio de arte a partir de los siglos XV y XVI.


Los talleres flamencos formaron a los pintores más destacados del Norte de Europa, atrayendo a muchas jóvenes promesas de la pintura de países vecinos, especialmente de las ciudades del Rin. Los maestros flamencos y sus obras eran altamente valorados, comprándose y demandándose su presencia como pintores de corte en toda Europa, lo que extendió su influencia.





Características técnicas

La pintura flamenca carece de precedentes en gran formato, a excepción de las vidrieras. Pero sí en las miniaturas, sobre las cuales posee una larga tradición de excepcional calidad. Esto determinará algunas características del arte flamenco, como serán el empleo de colores brillantes, que recuerdan a los pigmentos usados para la iluminación de las miniaturas. También el detallismo aplicado a estas pequeñas obras maestras se transmite a la pintura de gran formato. Este rasgo lo permite en gran medida el avance técnico sobre el óleo, que ya se había descubierto, pero que tenía un proceso de secado tan lento que no lo hacía demasiado útil.

Los pintores flamencos del s. XV no inventaron la técnica al óleo, pero si se encargaron de aplicarla sistemáticamente, contribuyendo a su consolidación y difusión durante el siglo XV y XVI. Utilizaban tintas fluidas y transparentes, aplicadas por medio de veladuras para obtener las luces, para sombrear delicadamente, o para matizar el color del fondo.

Los flamencos usaban una técnica mixta de temple y óleo. Una primera capa, normalmente al temple, se usaba para definir el dibujo y el modelado con sus luces y una ligera indicación del color. La siguiente capa, al óleo, servía para que el artista se dedicase exclusivamente a la representación del efecto cromático.

Conservaron como soporte, sin embargo, la tabla, que había sido el más importante durante la Baja Edad Media, a pesar de que en Venecia ya se estaba empezando a generalizar el uso del lienzo. Esto es indicativo de lo íntimamente unidos que estaban los conceptos de artista y artesano aún en aquella época.

Los principales pintores flamencos de los siglos XV y XVI fueron:

  • Robert Campin
  • Jan Van Eyck
  • Rogier van der Weyden
  • Hugo van der Goes
  • Hans Memling
  • Petrus Christus
  • Dieric Bouts
  • El Bosco
  • Pieter Bruegel el Viejo
  • Ambrosius Benson
  • Pieter Coecke



Conclusión:

Tiene su origen en el estilo internacional, Su estilo minucioso se deriva de la técnica miniaturista Políptico del Cordero Místico.
Arte descriptivo que parte de la observación directa y sensible del mundo circundante Anunciación de R. Campin.
Acentuado interés por la realidad Descanso en la huída a Egipto de G. David.

Dibujo preciso y detalladísimo. Colorido nítido, saturado. o Perfección cromática, gran luminosidad Matrimonio Arnolfini Van Eyck o Uso de veladuras y barnices. Acabado esmaltado dibujo preciso y detalladísimo.Temas religiosos, a menudo presentados de manera intimista, con aire piadoso y recogido, en interiores burgueses.





viernes, 6 de mayo de 2016

Arte románico, sociedad en edad media y arquitectura románica

El románico fue un estilo artístico predominante en Europa durante los siglos XI, XII y parte del XIII.
El arte románico fue el primer gran estilo claramente cristiano y europeo que agrupó a las diferentes opciones que se habían utilizado en la temprana Edad Media (romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe) y consiguió formular un lenguaje específico y coherente aplicado a todas las manifestaciones artísticas. No fue producto de una sola nacionalidad o región, sino que surgió de manera paulatina y casi simultánea en España, Francia, Italia, Alemania y en cada uno de esos países surgió con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional, con un ámbito europeo



Sociedad en edad media:

La sociedad medieval fue durante siglos una sociedad básicamente rural. En la Edad Media el noventa por ciento de la población vivía en el campo, centro de toda actividad y vida diaria para los habitantes de aquella época. 

En los primeros siglos medievales, los campesinos se organizaban entorno a unas tierras propias y otras comunes, como bosques, que compartían con sus vecinos. En grupos reducidos, imponían sus leyes y justicia, organizaban las cosechas y los recursos que de ellas obtenían. 

Poco a poco, estas comunidades fueron absorbidas por señores, laicos o religiosos, a los que habían sido entregadas esas tierras. Así da comienzo lo que hoy en día hemos llamado sistema feudal o feudalismo, instaurándose como modo de organización social.




Arquitectura Románica:

Se llama estilo románico en arquitectura al resultado de la combinación razonada y armónica de elementos constructivos y ornamentales de procedencia latina, oriental (bizantinos, sirios, persas y árabes) y septentrional (celtas, germánicos, normandos) que se formó en la Europa cristiana durante los primeros siglos de la Baja Edad Media.
Recibe el nombre de románica por coincidir su floración con la aparición de las lenguas románicas o romances. Otras fuentes afirman que fue en el siglo XIX cuando el arqueólogo Charles de Gerville dio este nombre a la arquitectura cristiana occidental de los siglos X al XII, por alusión a la arquitectura romana, en la que se suponía que se había inspirado.




Conclusión:


En conclusión podemos decir que el arte románico tiene distintos ámbitos en el que se puede resaltar, como la arquitectura, escultura y pintura, todo esto gira al entorno a lo religioso. este estilo aun se puede encontrar en la actualidad o que muchas veces pasamos cerca y no nos damos cuenta ya que anteriormente no sabíamos de que trata.



Arte bizantino, sociedad, arquitectura,escultura y pintura


El arte bizantino es una expresión artística que se configura a partir del siglo VI, fuertemente enraizada en el mundo helenístico, como continuadora del arte paleocristiano oriental. En sus primeros momentos, Bizancio se consideró como el continuador natural, en los países del Mediterráneo oriental, del Imperio romano, siendo transmisor de formas artísticas que influyen poderosamente en la cultura occidental medieval. Los períodos del arte bizantino se ajustan, como es frecuente, a las grandes fases de su historia política.


sociedad bizantina
Justiniano llega al trono del Imperio de Bizancio en el año 527, como sucesor de Justino, un jefe militar. En los inicios del siglo VI, Justiniano centra sus esfuerzos en el restablecimiento de la unidad del Imperio Romano, reconquistando las tierras que antaño engrosaron el territorio imperial, en lo que la historiografía ha designado como renovatio imperi. Una de sus intervenciones en Occidente se centró en recuperar el territorio de los bárbaros germanos; desembarcando para ello en la Hispania visigoda a mediados del siglo VI (552 y 554 d.C.), aprovechando para ello la debilidad de una monarquía como la visigoda, de carácter electivo, y el vacío de poder ante un enfrentamiento sucesorio. La labor de reconquista bizantina que contó, sin duda, con el apoyo de la inmensa mayoría de la población hispanorromana, que sentía una mayor afinidad con los conquistadores llegados de Oriente.





Arquitectura bizantinaSe denomina arquitectura bizantina al estilo arquitectónico que estuvo vigente durante el Imperio bizantino (Imperio romano de Oriente) desde la caída del Imperio romano de Occidente en el siglo V. La capital del Imperio de Oriente era Constantinopla (Constantino polis o ciudad de Constantino), cuyo nombre anterior fue Bizancio y, actualmente, Estambul, y ello desde el año 330, momento que otros autores fijan como el inicio de la arquitectura bizantina.

La arquitectura bizantina se inscribe dentro del marco del arte bizantino, y abarca pues un largo espacio de tiempo, que se inicia en el siglo IV y al que pone fin abruptamente la caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos en 1453, ya en el siglo XV. Debido a su dilatada duración en el tiempo, suele dividirse para su estudio en tres períodos diferenciados: un período inicial, un período intermedio y un período final.

Escultura bizantina
Con el estilo bizantino en arquitectura se formó a su vez el de escultura quedando definido a partir del siglo VI. Anteriormente a dicho siglo dominaba el estilo romano decadente, aun en la misma Constantinopla según lo evidencian las dos estatuas del Buen Pastor y los relieves del gran zócalo en que se apoya el obelisco egipcio colocado por Teodosio el Grande en una plaza de la capital a finales del siglo V, llamado por él, obelisco de Teodosio. No obstante, en otros monumentos de la época se iniciaba ya el gusto bizantino, como lo demuestra el clípeo votivo de plata o Disco de Teodosio de Madrid que ostenta en bajorrelieve las figuras sedentes del emperador con sus dos hijos y otros cortesanos en pie y que data el año 393 de la era cristiana
Pintura bizantina
 es la manifestación pictórica del arte bizantino. Como éste, evolucionó a partir del arte paleocristiano y fijó su carácter desde el siglo VI (el de Justiniano I), continuando hasta el fin del Imperio bizantino en el siglo XV, e incluso en la Edad Moderna con la escuela cretense. La mayor parte de la producción pictórica de la primera época se destruyó durante la iconoclasia de los siglos VIII y IX, de modo que sólo han sobrevivido ejemplos en territorios ya no controlados por el imperio bizantino (como Italia o el Próximo Oriente). También la pintura tradicional rusa y de otras naciones eslavas es una prolongación de la bizantina.
La representación pictórica en la cultura bizantina y en la cristiandad oriental ejercía una función particularmente importante, pues se la consideraba materialización de la misma divinidad (revelación de lo divino o teofanía), en algunos casos incluso con la consideración de "realizada por manos no humanas" (acheiropoieta). En la cristiandad occidental esa misma función se reservaba más habitualmente a las reliquias



Conclusión:
La evolución de este arte paleocristiano motivará el nacimiento del Arte Bizantino. Pero la gran novedad estriba en que el arte Bizantino mantuvo también importantes rasgos de la cultura greco-latina, pudiendo considerarse un arte puente entre la antigüedad y el futuro Renacimiento. Bizancio apenas creó valores nuevos pero supo asimilar y fundir las influencias que llegaron desde oriente y occidente.

jueves, 5 de mayo de 2016

Tainos: mitología, arte y sociedad

Tainos
 fueron los habitantes precolombinos de las Bahamas, las Antillas Mayores y el norte de las Antillas Menores. Se trata de un pueblo que llegó procedente de América del Sur, específicamente de la desembocadura del río Orinoco, pasando de isla en isla, reduciendo o asimilando a los pobladores más antiguos,como los guanajatabeyes y los ciguayos cuyas culturas son anteriores a la llegada de los taínos. La lengua taína pertenece a la familia lingüísticamacroarahuacana, que se extiende desde América del Sur a través del Caribe


Mitología Taina
Aunque en los datos recopilados por los protagonistas de primera mano sobre las características sociales de nuestros antepasados, pobladores de la Isla de Santo Domingo, hemos observado una división territorial y social en la cual predomina un "patriarcado”, basado en el dominio de los hombres al mando de los cacicazgos, son varios los autores que hacen referencia a una cultura indígena, por así llamarla, en la cual se acentúa una estructura social “matrilineal”.

Según varios de estos autores, y es lo que en todos estos años se les ha enseñado a los dominicanos, al momento de la llegada de los españoles, nuestra isla poseía una división territorial en la cual existían 5 cacicazgos,  (Marién, Maguá, Maguana, Higüey y Xaragua), los que, a su vez estaban dirigidos por 5 caciques, todos hombres, (Guacanagarix, Guarionex, Caonabo; Cayacoa y Bohechio). Esto, aunque el que podemos considerar de mayor credibilidad, Fray Bartolomé de Las Casas, otorga la dirección del Cacicazgo de Higüey, a la Cacica Higüanamá, lo cual, en mi humilde opinión, es inaceptable que no haya sido resaltado por quienes, en principio, escribieron la “historia” de nuestro país.


Arte
ORIGEN Los taínos son quienes protagonizan el asentamiento mayoritario y difundido en el territorio insular, este conjunto de amerindios antillanos llamados taínos conformaron una sociedad de agricultura con una abundante producción de cerámica a la que se añadían otras elaboraciones en diversos materiales: madera, hueso, piedra y concha. Arte profundamente doméstico y ejecutado por el sector femenino, otra vertiente, sin embargo, tiene una función ceremonial o ritualista que se asocia a la ejecución masculina. Estando la religión en poder de los hombres, y siendo el cacique jefe religioso y guerrero, es posible pensar que el fenómeno religioso –incluida toda forma de expresión artística y en ella la cerámica fuese manejado por grupos especializados en una labor discriminatoria.

LA CERAMICA
La cerámica, al igual que otros objetos que rebasan la simpleza artesanal, mobiliaria o de objeto ritual, ofrece en sus propuestas formales y decorativas innumerables motivos básicos, sencillos y secuenciales. Tales propuestas, incluso, ofrecen conceptualizaciones más complicadas como son los esquemas laberínticos, o sea, de forma geometrizante.
El arte rupestre aborigen manifiesta un rastro en el que se percibe, en algunos casos, la ejecución de grupos diferenciados históricamente. Se dan señales pictóricas asociadas a ejecutantes pre-agrícolas o pre taínos que se diferencian de una producción neo india, por lo regular taína.


SOCIEDAD TAÍNANitaínos que eran los nobles, guerreros, y los artesanos. Estimados por ser de mejor sangre que los demás, tenían a su cargo a otros indios, venían a ser los lugartenientes de los caciques.
Naborías; eran los siervos y eran de la clase más baja.
Los Caciques; (Jefes) eran posiciones heredadas y procedía de la clase nitaíno.
Los Behiques; (curandero) eran de un linaje de behique.

VIVIENDAS
La aldea (yucayeque) se construía cerca de abastos de agua tales como ríos y lagos con un patio en el centro y a la sombra de árboles altos. Tenía cuatro caminos que se extendían fuera del batey. Una cerca alta rodeaba la aldea. Había un camino que conducía directamente al río o lago con dos torres altas usadas como miradores a ambos lados. Alrededor del yucayeque se establecían los conucos o granjas. Algunos yucayeques tenían fuera de sus paredes plazas utilizadas para deportes.

Los bohíos (choza indígena) eran estructuras redondas con techos cónicos sin ventanas. El caney, construidos solamente para caciques y behiques se localizaban siempre en una ubicación prominente, eran estructuras rectangulares con ventanas. Eran grandes y a veces alojaban 15 familias. Se construían de bejucos y paja. Cada bohío y caney tenía espacio para almacenamiento hecho de una superficie plana que colgaba del techo de la morada.









Aztecas: religion, sociedad y arte


El Imperio azteca —también llamado, de forma minoritaria, Triple alianza, Imperio mexica o Imperio tenochca ,fue una entidad de control territorial, político y económico que existió en la zona central de Mesoamérica, durante el Posclásico Tardío, antes de la Conquista española. Formalmente, estaba integrada por los dominios de la Triple Alianza (Ēxcān Tlahtolōyān, «los tres lugares donde se dan órdenes»), conformada por Texcoco, Tlacopan y México-Tenochtitlan. En los hechos, la mayor parte de los territorios bajo el dominio de los altépetl coaligados pertenecían a los mexicas.

La fundación y posterior expansión de la Triple Alianza tuvo lugar una vez fue derrotado Azcapotzalco, hasta entonces capital del imperio tepaneca, dominante en el valle de México. Esta ciudad fue vencida por la alianza de mexicas y acolhuas, hasta entonces ellos mismos vasallos de los tepanecas, en 1430. A partir de entonces, los territorios del Imperio azteca se fueron ampliando hasta llegar a ocupar el centro de México, la zona central de Oaxaca, la costa del golfo de México, Guerrero y el Soconusco. El fin del Imperio azteca ocurrió el 13 de agosto de 1521, cuando los españoles —en alianza con los tlaxcaltecas ytotonacas, entre otros pueblos indígenas— derrotaron la resistencia mexica en Tenochtitlan.




Religión azteca:
Los elementos de la religión azteca (ritos, sacrificios, fiestas, organizaciones sacerdotales y cultos) tienen orígenes muy diversos que son una herencia en común con muchos de los pueblos del México Antiguo. Tiene sus orígenes por ejemplo en las creencias de los olmecas, mayas, culturas que habían florecido en las costas del Golfo de México, de los pueblos de Oaxaca y de otras regiones.
Veneraban a una gran variedad de dioses, por ejemplo:
- Huitzilopochtli era el dios de la guerra, el más importante para los Aztecas.
- Coyolxahuqui, diosa de la luna, que según la mitología azteca era asesinada por su hermano el dios del sol.
- Tláloc, dios de la lluvia.
- Quetzalcóatl o serpiente emplumada, dios inventor de la escritura y el calendario, asociado con el planeta Venus y la resurrección.
- Huehueteoti o dios viejo, dios de fuego.
- Tlazolteotl o devoradora de inmundicias, diosa que encendía el amor lujurioso.



Religión azteca:
Los elementos de la religión azteca (ritos, sacrificios, fiestas, organizaciones sacerdotales y cultos) tienen orígenes muy diversos que son una herencia en común con muchos de los pueblos del México Antiguo. Tiene sus orígenes por ejemplo en las creencias de los olmecas, mayas, culturas que habían florecido en las costas del Golfo de México, de los pueblos de Oaxaca y de otras regiones.
Veneraban a una gran variedad de dioses, por ejemplo:
- Huitzilopochtli era el dios de la guerra, el más importante para los Aztecas.
- Coyolxahuqui, diosa de la luna, que según la mitología azteca era asesinada por su hermano el dios del sol.
- Tláloc, dios de la lluvia.
- Quetzalcóatl o serpiente emplumada, dios inventor de la escritura y el calendario, asociado con el planeta Venus y la resurrección.
- Huehueteoti o dios viejo, dios de fuego.
- Tlazolteotl o devoradora de inmundicias, diosa que encendía el amor lujurioso.



El arte mexica o azteca 
incluye las manifestaciones artísticas de los mexicas, entre los que se encuentran la literatura, la música, la arquitectura, la escultura, la plástica y las danzas.


Arquitectura:
El hecho de que la actual capital de México cobra, en la práctica, la antigua México-Tenochtitlan, impide que tengamos una visión completa de las estructuras arquitectónicas y, sobre todo, de la organización del espacio en los centros ceremoniales, o la relación entre estructuras templarias y las construcciones de carácter habitacional. De hecho, el conocimiento de esta zona se limita a algunos sectores en los que pudieron hacerse excavaciones de carácter restringido o donde se produjeron hallazgos casuales. Así la llamada Plaza de las Tres Culturas, en el corazón de México-Tlatelolco; las excavaciones en el Templo Mayor, en el subsuelo de la Catedral Metropolitana, o en los trabajos para la construcción del Metro, más algunos templos aislados, como los de Tenayuca o Santa Cecilia Acatitlán, que nos proporcionan una idea de cómo fueron los templos en la zona central del valle de México. A esto debemos añadir algunos otros asentamientos, como los de Malinalco, Zempoala, Teopanzolco o Calixtlahuaca, en los que se han descubierto importantes estructuras mexicas.

Pintura:
Los códices mexicas, como la mayoría de los códices mesoamericanos, están elaborados en un papel especial hecho de corteza de árbol: el amate. Fueron realizados por artistas de la élite llamados tlacuilos con convenciones de las distintas tradiciones pictóricas de Mesoamérica. Por ejemplo, los caminos andados están representados por pequeñas huellas de pies. Las palabras habladas están simbolizadas con una voluta. Los realizaron con tintas variadas, que permitían lograr una viva y hermosa policromía. Representaban a los dioses, hombres notables, animales o plantas y también hechos de la vida real.
En esta modalidad lograron un nivel artístico muy alto y se prolongo muchos años después de la conquista, pero influenciada por los españoles.

La música indígena mexicana prehispánica
 no era solamente pentatónica, como se ha afirmado, sino que sus características estructurales (melódicas, rítmicas, prosódicas, tímbricas) variaban según la región y la lengua autóctona, entre las diversas culturas que componían el México antiguo. Como se desprende de los hallazgos y estudios arqueomusicológicos de los últimos cincuenta años, el panorama musical precortesiano es mucho más complejo de lo que supusieron los tratadistas clásicos. Es notorio que, por ejemplo, la noción de escala musical no existía en México, sino más bien tonalidades que se desprendían de modos tradicionales de habla, tomando en cuenta que la mayor parte de las lenguas nativas mexicanas eran lenguas tonales; muchas de las que hoy sobreviven lo siguen siendo, por ejemplo las diversas lenguas de origen Maya, o bien el Hñähñu o el Porhépecha. De esta manera, cada caso peculiar merecería un análisis propio, en vez de una generalización sistemática.

Las esculturas y figurillas de personas
 son los elementos que identifican las creaciones plásticas del Posclásico Tardío. Son imágenes de hombres y mujeres que expresan los ideales tanto en edad como en belleza. La etapa juvenil adulta era considerada el momento de plenitud que garantizaba la fortaleza en la guerra. Siendo esta edad también la de mayor actividad sexual, las esculturas representan el paradigma social tan necesario para la supremacía imperial. El notable desarrollo que alcanzaron los talleres escultóricos existentes en las principales capitales indígenas, principalmente México-Tenochtitlan, Texcoco, y Calixtlahuaca, legó extraordinarias figuras escultóricas talladas en rocas volcánicas, el material preferido en el mundo mexica. Existe una imagen del macehual, idealizada concepción del hombre común, o la excelsa mujer desnuda, conocida popularmente como la Venus de Texcoco.





En conclusión este blog me ayudo a ver la magnifica cultura azteca, como se tomaban su tiempo para crear y diseñar cada detalle, como en las armas que cada aspecto es tenido en cuenta como el filo, o la aerodinámica, o las balas de cañón quita almas, cada rama no es solo un simple objeto es también el significado que hay detrás de este, podemos ver diferentes interpretaciones sobre estos objetos relativo al dios o al animal en el que fue inspirado, recogiendo esas características que destacan  esos animales y plasmarla en los objetos, como una forma que ésas características lo acompañen, como transmisión de fuerza y alma del animal o del dios , como el caso del guerrero águila o jaguar que se visten de ese animal para ganar la fuerza y demostrar por medio de su traje que tiene todo el poder de un jaguar, les d en la batalla esa fuerza adicional que conquisto toda la zona.

jueves, 21 de abril de 2016

El Arte Clasico

INTRODUCCIÓN


Este trabajo pretende acercarse, en su modestia, al floreciente arte que se produjo en Grecia y Roma en la Historia Antigua. Estas dos civilizaciones, base de la cultura occidental actual, crearon un arte que dejó una muy profunda huella en la Historia, y que influyó sobremanera en todo el Arte Occidental. Ese arte, reflejo de dos culturas con un gran avance cultural y social ha sido, es y será el referente de todas las civilizaciones venideras que han bebido de la riqueza clásica. El trabajo está estructurado según las tres artes figurativas: la arquitectura, la escultura y la pintura; además de un apartado sobre la influencias que recibe el arte clásico, y la conclusión. En cada apartado comparamos las características del arte Griego y del Romano, tan parecidos pero a la vez tan diferentes. El objetivo de este trabajo es, a partir de unos datos objetivos, sacar conclusiones sobre la importancia de este arte en nuestro arte y el que nos precedió.

ARQUITECTURA


GRECIA


Los griegos, después de conocer los templos pétreos de los egipcios, comenzaron en el siglo VII a.C. a construir sus propios templos en piedra, con un estilo propio y específico. Utilizaron la piedra caliza en el sur de Italia y Sicilia, el mármol en las islas griegas y en Asia Menor y la caliza revestida con mármol en el continente. Más tarde levantaron sus edificios principalmente de mármol.

En las polis griegas el centro de la vida urbana era el ágora o plaza pública. En ella se desarrollaba la vida económica, política y religiosa de la polis. Era el lugar predilecto de los hombres para reunirse y charlar de los más diversos asuntos. Los mercaderes se instalaban en el ágora, en pequeños tenderetes de madera. Una de las más construcciones más características del ágora es la stoa, edificio de planta rectangular estrecha que podía llegar a tener dos pisos. Su finalidad solía ser la de proporcionar un refugio frente a la lluvia o el sol a las personas del mercado. Otro edificio propio del ágora era el Bouleuterion, o edificio del Consejo Municipal. No faltaban tampoco en el ágora las bibliotecas, como la famosa biblioteca de Panteno o de Éfeso; los gimnasios; las torres de los vientos (edificios donde se colocaban relojes de sol o de agua y una especie de veleta); y por supuesto los templos y altares. Así en el ágora de Atenas había un templo a Ares y otro a Apolo y un altar a los doce dioses principales.

TEMPLOS


Arte Clásico

El templo griego, concebido como la casa del dios, se alzó siempre sobre un solar sagrado al que le rodeaba un muro perimetral a fin de separarlo del mundo profano. Su ubicación se asoció siempre a principios luminosos de carácter natural, propiciados por la tradición o las características propias del lugar, acentuadas por un elemento de ancestral veneración: un árbol, una fuente, una gruta, un bosque, una montaña, un acantilado etc., que por su especial configuración podían ser consideradas como cratofanías (manifestaciones) de la divinidad. Los requisitos básicos a la hora de elegir el lugar para la edificación de un templo eran la presencia del agua (río o manantial) una adecuada orientación con respecto al sol (la fachada principal era siempre la oriental) y una hermosa vista panorámica capaz de provocar una emoción reverente.

El templo griego era de formas rectilíneas. Los fieles no solían entrar en ellos, pues las ceremonias se celebraban al aire libre entorno a un altar que había delante del templo frente a la puerta y de cara a la estatua del dios.

La fachada de un templo griego constaba de: cornisa, frontón, friso, arquitrabe, entablamento, capitel, fuste y estilóbato. Primitivamente sólo se hacían de piedra los cimientos del templo; el resto era de ladrillo y madera. A partir del siglo VII a.C. se empezaron a hacer enteramente de piedra. Los templos solían pintarse de muchos y variados colores, frente a la sensación monocromática que dan los restos que se conservan en la actualidad.

La arquitectura de los templos griegos se ha dividido tradicionalmente en tres estilos u órdenes denominados dórico, jónico y corintio. Esta división de órdenes no es absolutamente cronológica, pues si bien el corintio es posterior al dórico y al jónico, estos dos últimos coexisten y se desarrollan en la misma época durante un gran periodo de tiempo, aunque su uso tiene lugar a veces en zonas geográficas diferentes: el estilo dórico es el característico de la Grecia continental, mientras que el jónico alcanza su mayor esplendor en las zonas asiáticas del imperio helénico.

El templo dórico está construido sobre una gran base plana, llamada estilóbato, a la que se accede generalmente por medio de unos escalones de gran altura. Directamente sobre esta base se levantan las columnas, que en éste estilo presentan de 16 a 20 estrías biseladas que se cortan en una estría aguda. El fuste de la columna termina en una superficie plana, llamada “collarino”, sobre la cual se sitúa el capitel, que en este orden consiste en una simple moldura en forma de almohadón que recibe el nombre de equino. Inicialmente, los templos dóricos poseían pocas columnas pero de gran grosor; sin embargo, conforme pasa el tiempo, aumenta la esbeltez de las columnas y la separación entre ellas. También inicialmente se situaba sobre las columnas una estructura de madera que posteriormente se realizó en piedra. Este estructura, que debido a su origen se llama entablamento, consta a su vez de tres partes: la inferior o arquitrabe, es lisa, mientras que la intermedia, o friso, constituye una de las principales características del templo dórico. En efecto, en este estilo el friso presenta unas zonas salientes y estriadas, llamadas triglifos, que parecen producir los extremos de las antiguas vigas de madera entre las cuales, existen otras zonas lisas llamadas metopas, que en templos posteriores aparecen profusamente decoradas. Sobre el friso se sitúa la tercera parte del entablamento, la cornisa, y sobretodo el conjunto, el frontal de forma triangular, que se adorna con complejos grupos escultóricos. Templos muy característicos son los de Olimpia, Delfos, Atenas, Corinto, etc. El más famoso y logrado es el Partenón, en la Acrópolis de Atenas. Está dedicado a Atenea, y está situado en el lugar más destacado de dicha Acrópolis. Su construcción está fechada en el siglo V a.C., a partir del proyecto de los arquitectos Ictinos y Calícrates, aunque se relaciona con Fidias.

El templo jónico posee muchos elementos en común con el dórico, pero tienen también diferencias características que permiten distinguir con facilidad un estilo de otro. Como el dórico, el templo jónico está construido sobre un basamento, pero, en este caso, las columnas que rodean el recinto no se apoyan directamente en él, sino sobre una base realizada con molduras circulares. La columna jónica también posee estrías, pero éstas, que aparecen normalmente en mayor número que en las dóricas, presentan ahora una convexidad esférica. Al final de la columna, y éste es quizá el principal rasgo diferencial del estilo jónico, aparece un capitel cuadrangular que presenta en sus extremos unas volutas características. Por lo que respecta al entablamento, lo que permite distinguir a los templos jónicos es su friso corrido, en lugar de la división entre triglifos y metopas propia del orden dórico, lo que posibilita su decoración continuada. Famosos templos jónicos son los de Éfeso, Sardes, Samos, Mileto o Halicarnaso.

Cronológicamente, el orden corintio aparece posteriormente a los anteriores y, prácticamente, en Asia Menor. En su estructura general, el templo corintio es prácticamente igual al jónico y la única característica que permite diferenciar ambos es el capitel de las columnas que ahora aparece adornado con elemento vegetales muy abigarrados, entre los que destaca las hojas de acanto. Pertenecen la columna votiva de Delfos o la Linterna de Lisícrates, en Atenas.

TEATROS


El teatro griego consta de tres partes esenciales: la escena, la orquestra y la gradería para el público. La escena no tenía aún la importancia que adquirió en su versión romana. Se encontraba a nivel de tierra y en ella se empleaban decorados giratorios. En la escena solía haber en su parte anterior una plataforma de tres o cuatro metros de altura, el proscenio, donde interpretaban los actores. La orquestra, de planta circular, era la parte dedicada al coro, y tenía en su centro un altar a Dionisio, dios en cuyo honor se celebraban los festivales. La gradería era la parte destinada al público. Se construía aprovechado la pendiente de una colina. Era de planta semicircular y rodeaba prácticamente a la orquestra. A ella se accedía mediante escaleras exteriores. Aunque en el teatro griego la escena estaba abierta por detrás, la voz no se escapaba de manera que lo dicho por los actores podía ser oído hasta en las partes más altas del graderío. Uno de los teatros más importantes es el de Epidauro.

CASA


Los griegos habitualmente pasaban gran parte del día en la calle, en el ágora o al aire libre. Esto justifica que durante buena parte de su historia no se preocupaban por construir viviendas ni excesivamente cómodas ni ostentosas. En realidad sólo les preocupaba que reunieran las mínimas condiciones de habitabilidad .

Las casas solían construirse en adobe. Las ventanas estaban a la altura suficiente como para impedir que ojos indiscretos alteraran la intimidad de los inquilinos. Estas ventanas no tenían cristales. Sin embargo, lo habitual era que la luz entrara por un patio interior en torno al cual se distribuía el resto de las piezas. De éstas hay que destacar dos especialmente: el andrón, habitación destinada en exclusiva a los hombres; y el gineceo, destinada a las mujeres y los niños. El andrón estaba situado en la parte más accesible de la casa, la que daba más directamente a la calle. Solía constar de un vestíbulo y un comedor. El gineceo estaba en la parte más retirada o en piso superior. Como curiosidad digamos que las puertas de las casas solían abrirse hacia fuera, hecho éste que el teatro utilizó como recurso cómico. El modelo de la casa helenística sería copiado luego por la domus romana.

ESTRUCTURA URBANÍSTICA


En la Grecia Arcaica, las ciudades se construían sobre colinas fortificadas, lo cual constituía refugio para los campesinos de los alrededores. Cuando las ciudades empezaron a construirse en llano, esos núcleos antiguos (llamados acrópolis) se utilizaron para albergar templos (como en el caso de Atenas).

En un principio, las ciudades se construían al azar, sin seguir un trazado en especial. En el siglo V a.C., Hipódamo de Mileto ideo el sistema urbanístico, llamado hipodámico, basado en cuadrículas, es decir, las calles se construyen paralelas de norte a sur, cruzadas con otras (igualmente paralelas) de este a oeste. Cada cuadrado de casas constituía una manzana.

ROMA


La arquitectura, considerada por los romanos expresión de su poderío, tuvo en Roma tempranas manifestaciones. El empleo a partir de los siglos III y II a.C. del mortero u opus caementicium (una mezcla de cal y arena con otros trozos o fragmentos de otros materiales), no desconocido por los griegos, pero sí alejado de su concepto de la arquitectura, constituyo la gran innovación técnica que permitió una construcción rápida, facilitó la constitución de los abovedamientos y posibilitó, en fin, que pudieran plasmar en la realidad sus concepciones espaciales. No en vano, la bóveda, el ábside y el arco son, prácticamente, hallazgo de esta civilización. La arquitectura latina es eminentemente utilitarista, funcional y práctica, muy acorde con el carácter del pueblo romano.

En la ciudad romana el centro de la vida urbana era el foro. Era el lugar de reunión, centro de la vida política, económica, judicial y religiosa. Primero en el mismo foro y luego en sus alrededores se levantaron diversos mercados. El foro también daba cabida a la actividad política. En él estaban: la Curia, donde se reunía el Senado; los Rostra, tribuna adornada con espolones de barco, desde donde los oradores se dirigían al pueblo en los actos públicos. También acogía la Basílica, edificio de usos múltiples, mitad bolsa de comercio, mitad tribunal de justicia. Por último, eran también frecuentes en él los templos como los de Vesta, de Saturno o de Julio César. Con el tiempo el viejo foro romano, se fue quedando pequeño siendo ampliado mediante los llamados foros imperiales: Foro de Augusto, Foro de Trajano.

En el Imperio Romano entre los siglo I y II d. C. Las ciudades no se amurallaron, o sus murallas fueron muy bajas. Pero a partir del siglo III, la creciente amenaza de los bárbaros hizo necesario de nuevo este tipo de construcciones. La primitiva ciudad de Roma estuvo rodeada por la llamada muralla serviana, pero ésta fue rápidamente superada por el crecimiento urbano, e incluso demolida en muchos lugares. Luego en siglo III se construyó la muralla aureliana de la que todavía en la actualidad quedan claros vestigios.

Respecto del abastecimiento de agua, en Roma, lo corriente era que el agua tuviera que traerse desde muy lejos por un sistema llamado acueducto. El agua se tomaba de un colector que recogía las aportaciones de la fuente o manantial y por tuberías que podían ir enterradas o por el sistema de arcos en que se basa el acueducto. De ahí se llevaba hasta una torre de distribución, el castellum aquae. Desde la cámara superior del castellum, el agua salía para nuevos depósitos donde sufría un nuevo proceso de clarificación y desde donde se distribuía a los edificios públicos, a las fuentes y a los propios domicilios.

TEMPLOS


En Roma, el Templo tenía el podio, especie de base elevada con una escalera frontal del acceso que conducía al vestíbulo, generalmente con columnas, que daba a la cella (la naos de los griegos). La parte más cuidada del templo era fachada. A veces añadieron una segunda fila de columnas a al vestíbulo y adosaron a los costados pilares semicirculares que simulaban columnas. El orden más empleado en la columnata fue primero el toscano, derivado del dórico, pero con basa y fuste liso; y el compuesto (mezcla de jónico y corintio), que ha dejado como muestra, sobre todo, bellos capiteles.

Para construir los templos emplearon la piedra y el ladrillo. Con éste pudieron añadir a sus construcciones elementos arquitectónicos curvados, como el arco, la bóveda y la cúpula. El ejemplo más asombroso es el Panteón de Agripa, en Roma, cuya estructura se compone de un inmenso cilindro articulado por ocho machones cubierto por una cúpula hemisférica y precedido por un pórtico rectangular de columnas. La enorme cubierta de 43 m de diámetro está perforada en su cenit por un óculo circular, a través del cual se ilumina el espacio interior. El edificio actual fue construido por el emperador Adriano entre los años 118 y 128, sobre otro pequeño panteón construido en el año 27 a.C. por mandato de Agripa, un ministro del emperador Augusto.

TEATRO, ANFITEATRO Y CIRCO


El diseño del teatro romano fue el mismo que el de los griegos, aunque le añadieron algunas novedades. Así en la construcción de las gradas ya no había por qué utilizar la pendiente de una montaña, sino que lo habitual era construirlas con un sistema de bóvedas de hormigón y galerías. La orquestra era semicircular, los actores ya no actuaban en ella ni tampoco el coro y solía estar destinado a dar asiento a los personajes más ilustres. El lugar reservado a los espectadores coincidía con el semicírculo de la orquestra y a el se accedía por escaleras interiores. La escena era más alta. Por detrás se añadía un muro, que servía para impedir que la voz se perdiera y que tenia un decorado permanente. Los romanos añadieron también el telón, que a diferencia de los actuales se bajaba al empezar la representación y se subía cuando acababa. Aunque eran edificios descubiertos, los días de mucho sol se tendía el velum, especie de toldo para proteger a los espectadores.

Los anfiteatros, edificios de planta elipsoidal se celebraban los combates de gladiadores, (ludi), las luchas contra las fieras salvajes (venationes) y, a veces, combates navales (naumachiae). Estos locales, destinados a contener grandes multitudes, respondían todos ellos aun esquema general, derivado, en definitiva, del anfiteatro Flavio o Coliseo de Roma.

La arena central estaba delimitada por un alto podio revestido de lastras de mármol. Este podio tenia cuatro entradas, una al final de cada uno de los ejes mayores, y otras secundarias y de servicio en un número variable. Los graderíos recibían el nombre de maeniana, y se dividían, como en los teatros en tres zonas separadas entre sí, por pasillos circulares (praecinctiones) y en sectores (cunei) por medio de escaleras radiales. Cada una de estas zonas se ocupaban en función de las distintas clases sociales. Las puertas de salida y acceso eran llamadas, como en los estadios deportivos de la actualidad, vomitorios (vomitoria). Debajo de la arena solía estar clavada la fossa vestiaria y toda una serie de dependencias donde no sólo se albergaba las fieras en sus jaulas cuando se celebraban venationes, sino donde se encontraban los vestuarios de los gladiadores, salas de estar y aun de curas de urgencia. En algunos anfiteatros, sobre todo en los de mayor importancia, solía haber una terraza anular utilizada para el manejo los toldos que, al igual que en anfiteatro Flavio, sostenidos por mástiles, se tendían sobre el recinto en los días de sol implacable.

El más famoso es el ya nombrado Anfiteatro Flavio o Coliseo, en Roma, construido en el año 80 d.C. Este edificio fue erigido por el emperador Vespasiano, que lo dedicó a su hijo y sucesor Tito. La parte superior del Coliseo se hizo originalmente en madera, que no fue reemplazada por piedra hasta después del año 223. Todas las ciudades importantes del imperio siguieron el ejemplo de Roma. De acuerdo con los datos de un documento del siglo IV, el Coliseo de Roma tenía un aforo de 87.000 espectadores; los historiadores, sin embargo, calculan que tan solo 50.000 podían estar sentados. Los anfiteatros de Pozzuoli, Capua, Verona y Tarragona tenían aproximadamente la misma capacidad.

En el circo, el espectáculo rey entre los romanos fue el de las carreras de caballos, porque en él, a la emoción de la propia carrera, se añadía la de las apuestas de fuertes sumas de dinero. De los edificios en las que éstas se celebraban, los circos, poco son los restos que hasta nosotros han llegado, ya que la gran extensión de su arena a hecho inviable su respeto. No obstante, conocemos perfectamente su estructura interna , porque han sido representados en muchos mosaicos y relieves, así como la organización y desarrollo de las carreras a través de los testimonios de los autores clásicos que las comentan y describen.

A imagen del gran circo Máximo de Roma, la estructura de estos recintos era siempre la misma: una extensa y larga planicie, la arena, dividida longitudinal-mente por la espina, un largo andén central de unos 4 ó 6 metros por 1,5 de alto y longitud variable, que servían de línea divisoria entre las dos pistas. En ella se alzaban distintos monumentos y altares; no solía faltar la diosa Cibeles cabalgando sobre un león y una Victoria en cada extremo, con la palma y la corona de los vencedores en cada mano. También a cada lado, se colocaban, sobre unos determinados dispositivos, los siete huevos dorados o los siete delfines que servían para contabilizar las vueltas superadas. Por último, las metae: tres columnas puntiagudas de bronce dorado, colocadas sobre alto pedestal, que cumplían, entre el polverío, la función de “semáforos”, avisando a los aurigas del lugar donde tenían que efectuar el giro de su cuadriga. La cabecera de la arena se remataba en una curva semicircular, en cuyo centro se abría la llamada puerta triunfal, un arco monumental al que acudía el auriga vencedor a recibir su premio y los aplausos de la multitud. En el otro extremo donde estaban las caballerizas, la curva era más suave. A ambos lados de la arena se levantaban los graderíos para los espectadores. El aforo de los circos siempre se pensó a nivel multitudinario, no siendo extraño que alcanzara cifras entre los 20.000 y 30.000 espectadores. El más famoso de los circos se hallaba en Roma, el Circus Maximus, con capacidad para más de 100.000 espectadores.

CASA


En Roma existían varios tipos de casa. Así se daba el nombre de domus a la casa unifamiliar de la ciudad, perteneciente muchas veces a ciudadanos acomodados, y el de insula , a unos bloques de casa muy parecidos a pisos de alquiler que normalmente vive la gente pobre.

Fuera de la ciudad se levantaba la villa. Las había de dos clases, la villa urbana, que era un tipo de residencia lujosa que los más ricos solían construirse en el campo o a orillas del mar y que les servía de segunda residencia; y la villa rústica, o casa de campo, dedicada a la agricultura y ganadería. Respecto a la domus, se organizaba en torno a una habitación central, el atrium, donde se encontraba siempre encendido el fuego del hogar. Desde la calle se accedía al atrio a través del vestíbulo.

El vestíbulo era una sala abierta a la calle, situada antes de la puerta propiamente dicha de la casa. La puerta solía constar de dos hojas. Al atrio daban los dormitorios, que eran relativamente bajos, no tenían ventana exterior y una simple cortina los separaba del atrio. En la parte posterior de la casa solía haber un jardín y abiertas a la calle estaban las habitaciones que se alquilaban a comerciantes o artesanos para que instalaran sus negocios, o como vivienda para la gente más pobre. En la casa romana la cocina no tenía un lugar fijo y no eran raras las que tenían incluso baño y retrete. Una casa romana, vista desde fuera daba una pobre impresión. Apenas tenía ventanas, pues la luz y el aire entraban por el compluvium o por el jardín o el peristylum. Lo normal es que fueran casas de una sola planta

ESCULTURA


GRECIA

Según el mito, la escultura griega fue inventada por Dédalo (al cual se le atribuían las xoanas, pequeñas figurillas de madera), el constructor del laberinto del Minotauro. Fuera cual fuese el inicio de esta disciplina, la escultura griega sirvió durante toda la época de la Grecia Antigua como modelo de perfección formal, y de canon de belleza humana. Por ello, es un arte totalmente antropomórfico, que se centra en la representación de figuras humanas perfectas en cuanto a las medidas, o en la muestra de sentimientos humanos, según la etapa. Atraviesa por tres etapas, que coinciden con las tres de la Historia Griega Antigua.

Entre los siglos VII y VI a.C., se desarrolla el periodo arcaico. Los griegos empezaron a esculpir en piedra, inspirados en las piezas monumentales de Egipto y Mesopotamia. Los tres tipos de escultura arcaica exenta (no esculpidas en la pared), atendiendo al tema de la misma, son el joven desnudo de pie (kouros), la doncella vestida de pie (kore), y la mujer sentada. Todos ellos demuestran un conocimiento profundo de anatomía humana. Los dos primeros comparten algunas características: están en posición frontal, hierática, con los brazos en distinta posición y los hombros elevados y muy horizontales; el pelo aparece en forma de melena de rizos o de trenzas; los ojos están ligeramente almendrados; y la boca sonríe ligeramente (sonrisa arcaica). Como particularidades, los kouros van siempre desnudos, con los puños cerrados y con uno de los pies ligeramente adelantado, como en actitud de andar. Las kores, en cambio, van vestidas y los pies, apenas visibles, aparecen juntos. En un principio tuvieron una finalidad funeraria y conmemorativa. Por otro lado, también se cultivaron los relieves decorativos.


El periodo clásico se desarrolla entre los siglos V y IV a.C.. En él, la escultura alcanza su máxima perfección. La preocupación fundamental es reproducir cuerpos perfectos en cuanto a las medidas, crear cánones de belleza formal. Supone un gran cambio respecto a las esculturas de la etapa anterior. La evolución es enorme en cuanto al movimiento y la naturalidad. Los brazos se despegan del cuerpo, y el rostro pierde esa sonrisa arcaica y pasa a un segundo plano, inexpresivo. El artista se preocupa por reflejar la musculatura y el cuerpo en general del ser humano.

Los autores principales son Fidias, Praxíteles, Mirón y Policleto.

Fidias (Atenas,490 a.C., 431 a.C.), fue el artista más famoso del mundo clásico, y el maestro que llevó la escultura a las cotas más altas de perfección y armonía. La primera obra que se conoce de él es la Atenea Lemnia, una estatua de la diosa destinada a la Acrópolis de Atenas. En el 438 a.C. se consagró la Atenea Parthenos, la obra que le significó la fama. La patrona de Atenas está representada en esta estatua de nueve metros de altura como una diosa guerrera, con escudo y casco, preparada para la defensa de la ciudad. Fidias realizó también la famosa Efigie de Zeus, para el Santuario de Olimpia, incluida por los antiguos entre las siete maravillas del mundo. Era una estatua sedente del dios, de doce metros de altura, que destilaba grandeza y majestuosidad, y es conocida a través de reproducciones en monedas y joyas. Pero lo que engrandeció el nombre del artista ya en su tiempo y ha mantenido inalterada su fama a través de los siglos son las esculturas del Partenón. Finalizada la construcción del templo, Fidias y su taller se ocuparon de la decoración escultórica, que incluía un friso en bajorrelieve de unos ciento sesenta metros de longitud, dos frontones decorados con figuras exentas y noventa y dos metopas en altorrelieve.

mes con Dioniso niño es su obra más famosa. Data del siglo IV a.C. Representa al dios juvenil y desnudo, descansando sobre su clámide mientras juega con Dioniso. La parte inferior de las piernas fue reconstruida tras el hallazgo de la escultura en las excavaciones del Heraion.

La última etapa de la Escultura Griega Antigua es la helenística, entre los siglos III y I antes de Cristo. En esta etapa los ideales de armonía y medida son sustituidos por nuevos valores: se prefieren los cuerpos retorcidos en vez de las posturas serenas del clasicismo, se concede importancia a la expresión de lo dramático, se representan temas cotidianos, hay una tendencia a las grandes dimensiones frente a las proporciones clásicas, etc. Se representan personas tal y como son, mucho menos idealizadas, y sin ese afán de modelo estilístico. Las esculturas gana, por tanto, en movimiento y expresividad. Además de este tipo de esculturas, se cultiva mucho el género del retrato. Son frecuentes también las representaciones de ancianas, borrachos y niños. Entre las representaciones de dioses, abundan las venus.


ROMA


La escultura romana es de bastante menos importancia que la griega, de la que toma los modelos y en la que se inspira totalmente. Sin embargo, existe una gran diferencia entre ambas. Los romanos aplicaron su enorme sentido práctico a la escultura, y no se dedicó a estudiar la belleza ideal o las proporciones humanas perfectas, sino que buscó una finalidad más aplicable a sus necesidades. Por ello, los géneros escultóricos más utilizados fueron el retrato y el relieve histórico. Además destaca su labor como copistas de las grandes obra griegas, vía por la cual nos han llegado.

Dentro del retrato, destacan los bustos en cera de los familiares muertos, los imagines. Hay varios tipos e retrato según la posición o la parte del cuerpo tomada. De esta manera existen los retratos de cuerpo entero, de pie, sedente y ecuestre; o de la parte superior del cuerpo, bustos. Son importantes, además de los nombrados imagines, los retratos de los emperadores.

El relieve histórico era utilizado en los Arcos de Triunfo, o en las Columnas Militares. Destaca también el relieve funerario.

INFLUENCIAS DEL ARTE CLÁSICO

El arte clásico recibió muy diversas influencias, de diferente procedencia. Para analizarlas, vamos a dejar al margen la arquitectura, que, como es lógico, tiene una inspiración popular, debido a que es a la gente a la gente corriente a quien va dirigida. Sobre los precedentes meramente funcionales (técnicas constructoras, etc), ya hemos hablado en su momento.

Las influencias son más claras en la escultura y en la pintura. Estas dos artes enraízan en tres temas fundamentales:

La mitología en toda su extensión, es decir, los dioses en general (Hermes con Dioniso niño, Venus de Milo, Apolo Bellvedere, etc), los relatos míticos (Laocoonte y sus hijos)y las divinidades menores (Fauno Barberini).

Los atletas y deportistas (Discóbolo, series de kouros, etc).

La vida cotidiana (frescos de Pompeya).

CONCLUSIONES: INFLUENCIA DEL ARTE CLÁSICO EN LAS MANIFESTACIONES POSTERIORES


Es indudable que el arte clásico ha sido un referente de una envergadura enorme para todas las manifestaciones artísticas que le han sucedido. Es más, podemos considerar al arte clásico como el inicio deslumbrante del arte occidental, sobre el cual se ha construido toda una tradición artística de asombrosa genialidad. Vamos a ir viendo esa influencia con más detenimiento.

Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, las culturas germánicas y las naciones formadas en sus territorios hasta el fin de la Edad Media, siguieron utilizando las técnicas romanas de construcción, mejorándolas en ciertos puntos. Aprovecharon los grandes inventos latinos de la bóveda y el arco. Por ello, la Edad Media bebió directamente del arte clásico, pero no por convencimiento, digamos, sino por necesidad.

Fue con el Renacimiento con el que se retomó el arte griego y romano por puro convencimiento y admiración por ellos. En arquitectura se empezaron a construir iglesias de estilo clásico, con la utilización de la bóveda a estilo del Panteón (Cúpula de la Catedral de Santa María de las Flores de Florencia, de Bruneleschi; Basílica de San Pedro de Roma, de Miguel Ángel), y los arcos de medio punto. En escultura, no sólo se tomó el tema mitológico, sino también el afán de perfección clásico (Apolo y Dafne, de Bernini).

Aunque en el Barroco se dejó de lado (no así en el caso de Velázquez), el arte clásico resurgió con fuerza en el Neoclasicismo, con un estilo oficial, dictado por Napoleón. Así se erigieron edificaciones como la Magdeleine de París, a estilo del Partenón y los templos romanos; y Les Invalides, a estilo del Panteón de Roma.

En los movimiento artísticos posteriores, aunque no se obvió del todo, el arte clásico fue dejado un poco de lado. Así, en el Romanticismo, el Realismo, el Impresionismo, el Eclecticismo, el Modernismo y las Vanguardias no se aprecian rasgos importantes herederos del clasicismo. Aunque esto fue así, es cierto que el arte clásico posibilitó la aparición de los mismos, haciendo de base.

Las aportaciones, por tanto son enormes. En el terreno arquitectónico, como hemos visto, desarrollaron unos sistemas de construcción muy avanzados, que contribuyeron al avance de la arquitectura posterior hasta nuestros días. En el terreno de modelos de belleza, el aporte es valiosísimo. Los estudios de medidas perfectas del cuerpo humano, posteriormente desarrollados por artistas como Leonardo da Vinci, han sido la base de las figuras de la pintura y escultura posteriores hasta las Vanguardias.

En conclusión, el arte clásico es una de las piezas más grandes del enorme puzzle que supone nuestra cultura y nuestro arte. Es la pieza base, mediante la cual todo encaja, sobre la cual todo se erige y se desarrolla, y sin la cual nada tendría su actual sentido.